
Un viaje compartido hacia la descarbonización
Desde Panamá hasta la Patagonia chilena, Maersk y Salmones Austral protagonizan una colaboración que redefine la logística sostenible. A través de biocombustibles, electromovilidad y compromiso compartido, ambas empresas impulsan la descarbonización del transporte y fortalecen el liderazgo de Chile en la transición energética global.
Alexis Rodríguez, responsable de la ejecución energética para Latinoamérica en el grupo Moller-Maersk, conecta su mirada con el sur de Chile y con una industria que avanza en conjunto hacia un mismo propósito. Su conversación con VC Magazine deja ver cómo la colaboración entre Maersk y Salmones Austral se ha convertido en un caso ejemplar de sostenibilidad aplicada a la logística global.
“Mi rol consiste en implementar programas y sistemas de sostenibilidad que permitan acelerar la transición energética y agregar valor, no solo al cliente, sino también a los productos que transportamos”, explica. “En Chile, el trabajo ha sido muy interesante, porque hemos desarrollado avances tecnológicos a lo largo de toda la cadena de suministro: desde el ciclo de producción y almacenamiento, hasta el transporte marítimo y su llegada al consumidor final”.
Chile representa para Maersk mucho más que un punto en el mapa. “Es un mercado estratégico”, dice Alexis en entrevista con VC Magazine. “El salmón chileno tiene un enorme potencial, y junto a empresas como Salmones Austral buscamos reducir las emisiones de toda la cadena de valor. No se trata solo del transporte marítimo, sino de entender el alcance tres, ese que involucra a proveedores, insumos y logística terrestre”, argumenta.
Su tono combina convicción y realismo. “No todos los países tienen las mismas tecnologías disponibles. Nuestro trabajo es identificar a los actores locales que pueden ayudarnos a ofrecer un servicio de valor agregado, sostenible y con menores emisiones”. Esa búsqueda llevó a Maersk a incorporar nuevas soluciones. “Cuando conocimos el producto Ecodelivery, en base a biocombustible, dijimos: esto es lo que estábamos buscando. Decidimos hacer un piloto y enviar nuestros primeros 400 contenedores con una cuota de biocombustible que nos permitirá disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero”.
Alexis habla de metas claras. “Tenemos compromisos de alto nivel, desde los dueños de la compañía hasta los operarios en los centros de proceso. Todos estamos vinculados en este camino hacia la descarbonización”, comenta. Esa cadena humana y técnica se refleja en proyectos concretos. “Ya tenemos camiones eléctricos en Chile que pueden transportar carga con bajas emisiones. También estamos realizando pilotos con trenes para los tramos más largos, porque el transporte terrestre es clave si queremos reducir la huella total”.
El salmón chileno enfrenta una competencia dura. “Noruega tiene ventajas de distancia, pero el salmón chileno destaca en calidad y en su cadena de valor. Nuestro desafío es fortalecer esa competitividad integrando la cadena de suministro con una logística baja en carbono”. Y agrega: “Si logramos transformar la manipulación del producto mediante refrigerantes a base de CO₂, compras de energía limpia y transporte más eficiente, podremos brindarle al cliente un producto con valor agregado real”, comenta Alexis Rodríguez.
Maersk también ha extendido su mirada al transporte aéreo. “Estamos explorando combustibles sostenibles para aviones, algo que puede ser vital para los productos frescos. Lo importante es que exista coherencia entre todos los modos de transporte y una trazabilidad completa de la cadena”, señala Rodríguez.
Sobre América Latina, Alexis reconoce desafíos estructurales, pero también un espíritu distinto. “En la región hay distancias largas y mucha exportación, pero también hay ganas. Lo que he visto en Chile es muy prometedor. Hay un compromiso real y un cambio cultural que empuja las transformaciones. La sostenibilidad no solo depende de políticas o incentivos, sino de cultura, de querer hacerlo”.
Ese “querer hacerlo” se materializa en alianzas como la que mantiene con Salmones Austral. “Ellos están alineados con las metas SBTi, igual que nosotros. Compartimos una misma ruta, como es reducir las emisiones y fortalecer la competitividad con responsabilidad. Lo más interesante es que trabajamos juntos para encontrar las mejores soluciones, identificando proveedores y tecnologías que se adapten a nuestra realidad”.
Alexis mira hacia adelante con entusiasmo prudente y comenta que “Chile tiene un enorme potencial energético. En el norte hay recursos solares; en el sur, recursos naturales que permiten avanzar en almacenamiento y producción de hidrógeno verde, metanol o amoníaco. Pero no basta con hablar de proyectos, hay que concretarlos, aprobarlos y escalar su aplicación. En eso, Chile está avanzando con paso firme”.
Su mensaje final no busca titulares, sino continuidad. “No perdamos la esperanza. Existen soluciones, existen tecnologías y existe voluntad. Lo esencial es mantener la cultura del hacer, porque cada avance cuenta”.
Desde la Patagonia del sur del mundo, la conversación cierra con un eco de colaboración. La industria salmonera, la logística y la energía se cruzan en un mismo horizonte como es la demostración que reducir emisiones no es solo una meta ambiental, sino una forma inteligente de crear valor y fortalecer el prestigio de Chile en los mercados globales.
Fuente: www.vcmagazine.cl.

